Argentina registra una elevada producción de patatas y bajos precios en 2025
A pesar de los altos rendimientos, los cultivadores se enfrentan a precios de mercado bajos, una rentabilidad reducida y problemas persistentes como el control de virus y los altos costes de producción.
Argentina cultiva actualmente unas 85.000 hectáreas de patatas. El sudeste de la provincia de Buenos Aires representa entre el 50% y el 55% de esa superficie. Provincias centrales como Córdoba y San Luis representan el 30%, Tucumán el 9% y Mendoza entre el 6-7%. En Mendoza, la mayor parte del cultivo se centra en el Valle de Uco, con variedades domésticas cultivadas en Tupungato e industriales en San Carlos. La región sur se centra en la producción de patatas de siembra.
A nivel nacional, el 50-55% de las patatas se consumen frescas, el 30-35% se destinan a la transformación industrial y alrededor del 5-6% se reutilizan como semilla. La variedad Spunta domina por su rendimiento estable, mientras que Sagitta se expande en la transformación. La producción de patata deshidratada está creciendo en Mendoza.
A pesar de los altos niveles de producción, la temporada 2025 está marcada por los bajos precios. Los productores declaran vender por debajo del coste, lo que dificulta la cobertura de las inversiones. Esta situación afecta también a otros cultivos, como cebollas, lechugas y zanahorias.
Los productores de patatas de siembra de Malargüe siguen luchando contra la transmisión de virus, una de las principales amenazas para la calidad. La producción local de semillas comenzó hace décadas como respuesta a la dependencia de los tubérculos importados. Producir semillas certificadas y libres de enfermedades requiere procesos plurianuales en condiciones aisladas para evitar la contaminación.
En los Andes, los productores han introducido variedades andinas de patata de color adaptadas a climas de gran altitud. Los ensayos comenzaron hace casi una década, y varias variedades han mostrado una fuerte adaptación. Aunque la producción ha aumentado considerablemente, sigue habiendo problemas de acceso al mercado y rentabilidad.
La presión económica y el limitado potencial de exportación debido a los altos costes siguen afectando al sector. La estabilización de la moneda y la mejora de la competitividad se consideran pasos necesarios para el crecimiento futuro.
fuente: argenpapa.com.ar
foto: sobrelatierra.agro.uba.ar