Exportadores chilenos exigen justicia tras el desastre del Maersk Saltoro

El caso del buque Maersk Saltoro se ha convertido en un símbolo del riesgo y la fragilidad del comercio agroexportador. Lo que debía ser un envío estratégico de 25.000 toneladas de cerezas chilenas al mercado chino para el Año Nuevo Lunar terminó en un desastre logístico, comercial y legal con pérdidas millonarias.

El barco, que partió desde San Antonio, Chile, sufrió una falla en su motor el 13 de enero, quedando varado en alta mar. Tras 52 días de retraso, finalmente llegó a China, pero la carga ya no era apta para la venta. Las autoridades chinas ordenaron su destrucción, iniciando el proceso el 11 de marzo en Nansha, bajo la supervisión de Frutas de Chile.

El impacto económico es devastador:

-La carga tenía un valor estimado de $120 millones.

-La destrucción de la fruta costará alrededor de $25 millones.

-Sumando costos adicionales, el golpe financiero es enorme.

Pero el problema no solo es monetario. La confianza de los exportadores en el transporte marítimo está en jaque, mientras las compañías involucradas buscan reducir su responsabilidad.

En un intento de limitar su responsabilidad, Maersk, Synergy Marine y Argosy presentaron una solicitud ante el Juzgado Civil de Valparaíso para fijar un tope de indemnización de $16,4 millones, apenas un 10% de las pérdidas totales.

La reacción del sector fue inmediata: Antonio Walker, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), calificó la oferta como "indecente", mientras que Fedefruta criticó la falta de transparencia sobre el mantenimiento del buque y argumentó que Maersk debió haber tomado medidas para evitar la pérdida total de la carga.

Ahora, los exportadores afectados se preparan para una batalla legal para obtener una compensación justa. Deberán demostrar negligencia severa en la gestión del barco para que la justicia rechace la limitación de responsabilidad impuesta por Maersk.

fuente: agraria.pe

foto: mundoagro.cl